sábado, 18 de octubre de 2014

Cuando el Boligrafo BIC Dejó de Ser Aburrido

Juan Francisco Casas, Hiper realismo con Bolígrafo

Con un poco más de una década de trabajo reconocido, pero con una extensa obra, Juan Francisco Casas ha hecho de la vida loca y desinhibida de la juventud su obra base y la ha puesto en los ojos de conocedores y críticos del arte mundial.




Se siente mucho más cómodo con un bolígrafo que con un pincel, "Siempre me ha gustado más el dibujo que la pintura porque tiene algo de íntimo, de delicado, aunque en el arte se le ha considerado de segundo orden", dice el joven artista español, aunque a veces le molesta que le etiqueten como el artista del BIC porque considera que "a veces se banaliza lo que en realidad es una característica más". Aunque reconoce que esa característica ha motivado que la gente se interese por su obra.





Nacido en La Carolina, Jaen, (21 de septiembre de 1976). Se graduó en Bellas Artes en la universidad de Granada en 1999 y en 2004 ejerció como docente de dibujo y grabado en esta misma universidad; a partir de allí, un sin fin de premios y reconocimientos, tanto en su país como fuera de el: Premio Nacional de Fin de Carrera del Ministerio de Educación y Ciencia, Premio de Pintura ABC, Beca de la Real Academia de España en Roma, Beca del Colegio de España en París y un extenso historial de exposiciones.











Su obra impacta desde el primer momento, con un dibujo hiper realista. Trabaja sobre papel blanco con bolígrafo BIC creando líneas y tramas sobre piezas de un tamaño enorme. Creando escenas de retratos de amigos, y sobretodo, amigas, en escenas con carácter festivo y con alto contenido erótico. Son momentos captados, robados, como fotografías de un paparazzi.










Los protagonistas de sus dibujos son, casi siempre, mujeres. "No son modelos, son amigas mías, por eso se refleja esa complicidad y espontaneidad". Él lo llama "hedonismo doméstico". "Suelo escoger mujeres porque me interesan las formas de su cuerpo". Sin embargo, Casas establece una relación peculiar artista-modelo: "Ellas eligen cómo quieren ser representadas. En la historia del arte, siempre ha sido el pintor o el marido quien decidía cómo debía posar la mujer. A mí me gusta que ellas escojan".




















A estas modelos las fotografía con flash porque así "se subraya el momento que va a retratar". De las 50 fotos que puede llegar a tomar de esas poses divertidas y carnales, al final se queda con una, que será la que copie en sus dibujos. Solo entonces llegará la decisión del formato y de si hará una serie, "a veces hasta 16 secuencias, un trabajo ingente".




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